Dejar la cocaína



No es fácil. Yo no creo en las soluciones universales. Ni que todos puedan lograrlo. Yo estoy limpio por hoy. Sólo por hoy. Y eso basta. Me apoyo en la medicación, los amigos, la experiencia y las idas a NA, que ya no son tan asiduas. Creo, eso sí, que esta es una enfermedad incurable, como podría serlo la diabetes y que sólamente puede contenersela. Pero es posible. Un día a la vez. Hay que aprender a manejar la compulsión y la obsesión y aprender a tener algunos trucos en la galera para manejar esos momentos difíciles. Yo soy abierto. Si a alguien le sirve NA, OK, adelante. Si no le sirve, OK. Si le sirve algún tipo de terapia y puede costeársela, adelante. Si le sirve una internacion en una chacra por ocho meses, que vaya. Si le sirve fumar marihuana, que fume. Pero la regla es: la blanca se terminó, es letal y es un camino sin salida. Una vez Daniel Arias me comentó que tiene un amigo que con la cocaína se llevó el susto de su vida. Yo pensé, el tipo se agarró una taquicardia de la gran siete. Pero no, fue por lo mucho que le gustó. Vean cómo la gente reacciona de modos tan diferentes en situaciones similares. Vean lo que es la inteligencia emocional. Juegos de Mesa

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